viernes, 26 de septiembre de 2008

Hitos de la Medicina (Presente)

HOY:
La medicina ciertamente ha ido evolucionando a un ritmo vertiginoso en los últimos siglos, una cantidad de tiempo que si bien a nosotros nos parece bastante duradera, de cara al desarrollo de una ciencia tan compleja como puede ser la médica resulta indescriptiblemente acelerada. De este modo a día de hoy, recién entrado el siglo XXI, y con muchas décadas por delante para que termine, no resulta extraño oír que determinados científicos de alguna universidad han desarrollado una nueva vacuna que acabará con “X” enfermedad, y así muchas otras noticias similares. Pero incluso ahora, donde lo nuevo está al orden del día y nunca mejor dicho, de vez en cuando ciertos descubrimientos en el ámbito médico aún son capaces de impresionarnos. Si hay alguno que resulta totalmente increíble, incluso para los tiempos que vivimos, es la invención de la “Sangre artificial”.

Científicos de la Universidad de Sheffield, en el centro de Inglaterra, han creado una muestra de sangre plástica que puede sustituir a la sangre real en situaciones de emergencia. Fabricada de material plástico, el sucedáneo es más ligero de transportar y más fácil de almacenar, lo que según sus creadores lo convierte en ideal para zonas de guerra en las que los equipos médicos pueden tener dificultades de desplazamiento y abastecimiento.

La sangre artificial, todavía en desarrollo y sin experimentar aún en seres vivos, tiene una vida más larga que la que se obtiene de donantes, aprovechable sólo durante 35 días. A diferencia de ésta, no necesita refrigeración para su mantenimiento, pues sus propiedades siguen estables a temperatura ambiente.

El sucedáneo puede guardarse como pasta en bolsas de sangre y luego ser disuelto en agua antes de aplicarse a los pacientes que urgentemente necesiten sangre antes de llegar a un hospital. Al no ser un producto líquido resulta más fácil de transportar. El material está compuesto de moléculas plásticas. Éstas llevan en su núcleo un átomo de hierro, tal como ocurre con la hemoglobina, que puede adherir oxígeno y transportarlo por el cuerpo.

Las pequeñas moléculas plásticas se juntan en una estructura similar a las de las ramas de un árbol, con una forma y un tamaño similar a los de las moléculas de la hemoglobina. Esto crea el correcto entorno para que el hierro se junte al oxígeno en los pulmones y lo disperse por el cuerpo.

1 comentario:

Elena Aranguren Hernández dijo...

Muy bien Cristian, impresionaante la entrada sobre la sangre artificial, bien expuesta sus beneficios para el bienestar humano.